Me cautiva el contrapicado en las arquitecturas, las formas recortadas en un cielo azul, las líneas oscuras que de pronto se transforman en curvas, y más tarde en zig zag. Desde esta perspectiva parecen laberintos en el cielo, cuando en realidad son pasos y escaleras, caminos que conducen a algún lugar.
He ahí el misterio de las perspectivas, crean realidades diferentes a nuestros ojos. La luz hace el resto, creando sombras y colores que hacen volar nuestra imaginación.
De pronto el rojo, esas curvas sostenidas por cuerdas de acero, un puente que no parece un puente al principio, y en la siguiente instantánea sí lo es y se dedica a unir caminos con pasarelas que nos guían a través de las arquitecturas.