Imágenes que guardo en el recuerdo. Aquella tarde en la que la luz era más luminosa que de lo costumbre en una de mis playas favoritas, en mi paraíso particular. El sol reflejado en el agua, el extenso arenal más blanco que nunca. Siluetas de niños corriendo hacia el infinito, siguiendo las huellas de una figura mayor.
Me acerco para verlos mejor, veo el movimiento de los niños corriendo, su ímpetu, su entusiasmo porque están llegando y van a poder tocar el mar. Los dejo correr hacia su destino. Yo me quedo con las imágenes congeladas, imágenes del recuerdo, de un pasado cercano. Lo que pasó después se queda en aquel tiempo, ya vivido.